Page 56 - Annales EH 1998-2018
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                                                 Programa Fundamental de la
                                                           Unión General


                                                         de Trabajadores


                                                                         38º Congreso Confederal de UGT



                VI. LA NATURALEZA Y LA ACCION MEDIOAMBIENTAL

                El  desarrollo  económico  del  último  siglo  y  medio,  sin  precedente  histórico  por  su  envergadura  e
                intervención en la naturaleza, se ha basado (y lo que es más grave, en parte ha sido posible) en la
                destrucción irreversible de una parte de las reservas naturales y de los recursos que en ellas se
                encuentran, así como del hombre que forma parte de ellas.

                En el siglo XX la población se ha cuadruplicado, pero la producción industrial se ha multiplicado por
                18, con un modelo productivo que está agotando los recursos naturales, generando deforestación,
                reducción de pesquerías y provocando efectos negativos sobre el entorno (contaminación atmosfé-
                rica, de aguas y suelos), entre otros impactos.

                Ahora bien, no podemos plantear la paralización del crecimiento cuando cerca de una quinta parte
                de la humanidad no tienen ni siquiera disponibilidad de agua y precisamente su insalubridad gene-
                ra el 80% de las enfermedades.

                Con el actual modelo productivo, si en las próximas décadas tratamos de nivelar las condiciones de
                vida de toda la humanidad con las que disfrutan una sexta parte de ella, la velocidad de destruc-
                ción de la naturaleza se dispararía hasta cerca de doscientas veces respecto al ritmo de degrada-
                ción actual.

                Por imperativo moral tenemos que responder a la pobreza y las pésimas condiciones de vida de la
                inmensa  mayoría  de  la  población.  Por  limitación  física  el  actual  modelo  de  crecimiento  -que  por
                otra parte ha generado enormes desigualdadesno puede dar respuesta a aquélla exigencia social.

                Nosotros propugnamos una ecología humanista, resaltando que el mayor y más lacerante de los
                desequilibrios es el hambre, la miseria y la insalubridad que padecen miles de millones de seres
                humanos. Un planteamiento que al mismo tiempo debe ser compatible con la revisión de una vieja
                concepción del hombre como rey de la naturaleza, limitada ésta a ser una mera realidad instru-
                mental, puro decorado de la actividad humana.

                En una palabra, resulta imprescindible cambiar el rumbo de la actividad económica con un objetivo
                permanente claro: el equilibrio del ecosistema.

                Las líneas de actuación de esta ineludible apuesta medioambiental tienen dimensiones económicas,
                sociales y laborales para hacer posible un desarrollo sostenible, esto es, físicamente posible, apos-
                tando por el diálogo social, al objeto de que las organizaciones sindicales aporten su experiencia en
                estos temas y puedan participar de esta consecución, sin olvidar en ningún momento el concepto
                del hombre, como individuo, donde se engloba como trabajador y como ciudadano.

                Las políticas económicas, sectoriales y medioambientales carecerán de toda viabilidad de futuro si
                no integran la dimensión medioambiental que determina algunas
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